Es difícil de creer, pero ¿sabías que el poeta romano Virgilio quería muchísimo a una mosca? Sí, una mosca de verdad. La mantenía como a una mascota y el día que se murió le hizo un funeral que muchos hombres desearían. Contrató a músicos y lloronas (o plañideras: mujeres a las que se les paga para acudir a entierros y llorar al muerto). Y el insecto fue enterrado en una tumba especial. Si consideramos que el promedio de vida de una mosca es de 15 a 30 días… vaya que se encariñó muy rápido el poeta, ¿no?
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