No me gusta el Mundial de Fútbol, ¿y qué?

Cuando te acusan de “antipatriota” por no interesarte por un partido de fútbol de la selección de tu país en el Mundial, es hora de reevaluar lo realmente importante en la vida.

El fútbol, como deporte, no genera en mí ninguna antipatía; por el contrario, movida por auténtica curiosidad suelo preguntar a quienes saben, información sobre él: ¿qué es gambetear? ¿Cómo es eso del área chica? ¿Pelota quieta? Algunos hombres, llenos de paciencia, me explican.

Sin embargo, más allá de ese deseo por develar a mi cerebro algo desconocido, no encuentro el menor interés en el fútbol, mucho menos en el Mundial. Que el equipo que lleva el nombre y la bandera de mi país pierda, gane, pase o se quede, me tiene sin cuidado.

Finalmente sacaron del campeonato al equipo de mi país, al igual que sucedió con México y otras naciones. Durante los partidos, escuché gritos, vi lágrimas, sentí la desesperación de los fanáticos. La resaca mundialista duró dos días, hasta que la selección llegó de Rusia y fue recibida por una marea amarilla, azul y roja, himno nacional y concierto en el estadio de fútbol capitalino.

Al ver mi indiferencia, me llamaron antipatriota. ¿Qué impulsos viscerales hacen que alguien que ni siquiera conoce a los integrantes de la nómina tricolor haga semejante acusación a una persona que prácticamente desconoce?

Intrigada, averigüé. Pregunté a algunos fanáticos por el origen de su pasión. Todos, sin excepción, argumentaron escenas de la infancia que los habían marcado,  herencia, arraigo a la tierra, incluso presión social. En ningún momento hablaron de fútbol. Por supuesto que existen fanáticos que además de hacer bulla, saben de este deporte, lo conocen y hasta lo practican, pero en su gran mayoría son tan ignorantes en este campo como yo. Para algunos lo único que los mueve es la barra brava de su equipo.

no-me-gusta-el-mundial-de-futbol-y-que-01

Vivo en el país en que me tocó nacer; lo amo como amaría a cualquier otro. Aquí tengo mis antepasados y mi historia, todo lo que soy y lo que tengo, pero esto sería exactamente igual si fuera española, mexicana o japonesa. Una bandera no puede medir el amor por mi patria, mucho menos un deporte.

Después de observar atentamente a mis compatriotas llorar ante el televisor, asesinar a otros seres humanos durante la celebración de un triunfo y aceptar que la pasión por el fútbol es completamente emocional, por fin lo entendí. Apoyan a su selección en el Mundial por puro instinto colectivo, por necesidad de pertenecer, de estar dentro de la conversación. Palabras más, palabras menos, les gusta porque es lo que “a todo el mundo le gusta”.

Deja un comentario

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s