Riverense gana Bienal de Paris.
El Riverense Bernardo La Guardia gana el primer lugar de Bienal de Paris.
Pintor Riverense triunfa en Paris.
De La Rivera a Paris, el sueño de un niño que pintaba.
Declaraciones de nuestro triunfador en Paris: “al pintar no recapacito ni teorizo. No hago bosquejos. En el arte todo es posible. Se debe sentir el arte en todo su ser.”
No, no era que todavía me sonaban los hielos en la cabeza. ¿Tenía cabeza? Solo sé que mi cuerpo pesaba y se movía en cámara lenta. Los rayos del sol del medio día me impedían abrir del todo los ojos; era mejor así, si los abría por completo seguro lloraría sangre. Caminé hacia la cocina, el piso frío me estremeció y noté que, pese a haberme dormido vestido, tuve algo de luz para descalzarme la noche anterior. Prendí la tv de la cocina, sin sonido, porque sabía que no soportaría el ruido. Entonces, lo vi, sonreía sorprendido y asustado. Subí el volumen. A todo decía que sí y cuando querían saber más los periodistas, repetía que solo pinta como siente, que así es su inspiración. Era la hora de los noticieros, cambié de canal y en todos estaba él con la misma noticia. Prendí la radio, tampoco se hablaba de otra cosa. “Orgullo nacional”, “digno hijo de este suelo que lo vio nacer”. Pronto tendría que viajar a París a recibir el premio. Allá se exhibía el cuadro llamado Deimos y Fobos. Te juro por Dios que yo no deliraba, ni deliro ahora. Cuando enfocaron el cuadro lo reconocí de una. No lo digo de malo ni es envidia, pero ese cuadro es pura mierda, así tal cual.
El loco es mi hermano, con él hemos compartido hasta los mocos. No le estoy tirando mierda, porque eso él ya lo hizo. Lo hicimos todos. Conoces el cuadro tanto como yo. Deimos y Fobos es uno de esos lienzos que estaban tirados en su campo, el día del cumpleaños del rengo Carrillo. ¿Te acuerdas? Se vencía el plazo para que el loco enviara su cuadro a la bienal de pintura en París, los auspiciantes lo presionaban y el loco nos dijo que por último no mandaba nada. “¿Mis auspiciantes creen que soy su empleado? Si no me inspiro, no me inspiro nomás”. “Pintar no es algo de lo que se vive, es algo por lo que se muere”. Ya tenía la voz quebrada.
¡Puta, qué buena farra! Asomaron las chicas. Como siempre, el trago salía de no sé dónde, porros, hongos y ayahuasca había para exportar. Cayó un aguacero del hijue madre, ¡Ah! Ya ves que sí te acuerdas. Coquito, mi primo, se había desaparecido con una gringa por los potreros. Cuando se les vino el agua corrieron a la casa, en el camino resbalaron sobre el barro y la bosta de las vacas. Enconfitados en mierda aparecieron en la sala. ¡Qué hediondez! Ahí nomás les mandamos que se enjuaguen bajo la lluvia. Sí. ¡En ese frío! No sé quién los siguió ni porqué; después fuimos todos, pero en el baile del aguacero le recordaste al loco la bienal, cuando metiste los lienzos bajo el techo del establo. El loco estaba tan bravo que pensamos que te iba a pegar “por metiche”. “Para lo que valen estos lienzos, mira lo que hago con ellos”, dijo, y le tiró un tortazo de bosta de vaca bien en el centro. Se reía como loco mismo. Nos invitó a tirar mierda y nadie se hizo de rogar. Le dimos con gusto a ese lienzo. Aunque no lo creas, le encontramos formas y colores. ¿Te acuerdas? Todo el mundo tiró mierda ahí. Hasta tú.
“¡Ya está! ¡Ahí está el cuadro, carajo!”, gritó el loco y se terminó del pico una botella de whisky. Reconocí el cuadro en la tv. Se ve que el loco lo retocó con los ácidos y técnicas de pintura que aplica con los oleos. En el fondo de todo está la mierda.
Indira Córdoba Alberca (Quito, Ecuador, 1975). Escritora ecuatoriana, publicó los libros Diosas en el fuego y Ruleta rusa y otros giros de fortuna. Actualmente reside en Argentina, en la ciudad de Corrientes Capital. Ha colaborado en la publicación de diarios y revistas en Ecuador, Argentina y México. Imparte talleres literarios a diverso público. Su trabajo ha sido reconocido con premios, antologías y menciones en Ecuador, Argentina, México, Estados Unidos, España, Colombia y Canadá.