La frágil magia del orgullo universitario (o el amor por las paredes)

Sabrá Dios –y acaso Salvador Novo–
qué hubo antes en esos espacios vacíos.
Valeria Luiselli.

A veces creo en la magia y no creo en la universidad. Me parece más coherente pensar en el uso del fuego y los códigos secretos de la alquimia para encontrar la piedra filosofal que la búsqueda universitaria por el camino redundante de su supuesto progreso.

Los egipcios realizaban prácticas espirituales complejas combinadas con prácticas tecnológicas, solo que lo hacían en secreto, ya que la alquimia no estaba hecha para que la comprendiera cualquier persona. La universidad también realiza estas prácticas espirituales y tecnológicas: Mientras se realizan experimentos de electrólisis de disoluciones acuosas en la facultad de ingeniería, los alumnos desarrollan el ser universitario: una fe que se nutre del orgullo, publicidad y la desaparición de la crítica interna. ¿Hacia dónde va este progreso orgulloso y cuantificable, diseccionado bajo el lente científico? No sé, pero desde esta mesa ya no se ve el horror; solo se siente el orgullo de las paredes grises, de los vidrios semitransparentes que pueden observar unos pocos.

Es aterrador que un estudiante no mire a los otros y que, a diario, decida que su orgullo universitario es lo único que vale la pena. Claro, es una decisión diaria creer en algo; por ejemplo, en una institución invisible, inflada por su propio aire o, en su defecto, creer en el cadáver encontrado cerca de la facultad. Se podría creer en ambas si aquella institución visibilizara los actos violentos; pero mejor condenar a las víctimas, mejor no entregar a tiempo los videos de las cámaras de seguridad, como si esta terrible magia también tuviera sus códigos secretos y su propio fuego. Para combinar esta ciencia con asistencia humana necesitaríamos un nuevo Paracelso.

Se cree en la magia de la institución porque es lo que, con tanto esfuerzo, conseguimos solos. No es que las estructuras del estado ayuden a gente como yo y que gente como tú, marginada, minoría de otro color, de otro género, esté estancada porque no aporta suficiente esfuerzo a sus metas. Soy yo y mi esfuerzo, se piensa.

En la antigüedad se creía que la piedra filosofal volvía todo perfecto, los minerales más corrientes podrían transmutar en oro. Esa es la búsqueda principal de los alquimistas; ¿qué buscan, entonces, estos alquimistas universitarios que ya llevan su vida acomodada? La reafirmación de los otros que —al no gozar de los mismos privilegios, ideas, lenguaje y visión— no pueden ser espejo de sus vidas sencillas y ordenadas. Se genera así la contaminación de su mundo por el mundo de afuera. Por ello las paredes son tan importantes, si las paredes caen; si las paredes son transparentes o muestran la crueldad del aire de afuera es posible que la burbuja se rompa y la magia de la máxima casa de estudios también.

La unam no deja de hablar de su institución; del esfuerzo, de su ranking, sus servicios, sus canales, sus nobeles, su alcance. Es hasta tétrico pensar en que la universidad esté tan encerrada en sí misma, un narciso plantado en medio del desierto. Su validación presenta distintas perspectivas: videos institucionales, publicidad normativa, reglas estrictas, cooperación, etc. La creación de instituciones es simplemente el establecimiento de reglas que reafirman la posición del poder en el que, las mismas instituciones, se desenvuelven; y pueden desembocar en adoctrinamiento:

1.Estado de transición Al encontrarse una persona en estado de transición se vuelve vulnerable. La pérdida de un ser querido, el paso a la maduración en los primeros años de la universidad.
2. Persuasión Bombardeo de creencias para mantenerte dentro. Dioses, metas, logros, rankings, publicidad y felicidad al alcance de tu mano.
3. Creación de una nueva realidad Mantener a las personas en un solo espacio bombardeado por una sola creencia puede resultar benéfico para la creación de un nuevo “espacio seguro” Ya sea en campamentos de verano, comunas, salones que resguardan el conocimiento, campus verdes que no dejan entrar los peligros del exterior.
4. Reafirmación con la doctrina Si se vuelve a sentir vulnerabilidad siempre se puede recurrir a la doctrina La relación más importante ahora es con lo que te protege y lo que te hace sentir bien.
5. Consolidación contra un enemigo externo La doctrina puede no resultar tan efectiva pero si se debilita, se recurre a la invención de enemigos externos que impiden ver otras perspectivas. Contra cualquier enemigo: como la movilización  estudiantil contra la violencia de género. Es posible refugiarse emocional y psicológicamente en la doctrina del progreso.
6. Presión grupal La integración a un grupo es un deseo humano incorruptible. Este tipo de presión puede nublar la percepción de la realidad misma. Por ejemplo: Se puede llegar a creer que unos vidrios, unos libros (liberados para su lectura gratuita), son más importantes que la vida humana.

 

Esta tabla puede ser una simple broma. Solo es importante aclarar que el adoctrinamiento no salva identidades sino que se adhiere a otras, en forma de movimientos casi religiosos. Los movimientos sociales salvan identidades y vidas.

Y, si no se quiere ser partícipe de ningún movimiento social, hay que desmenuzar este tipo de pensamiento: “Los acontecimientos suceden en el mundo de afuera. Le suceden a los otros. […] La barbarie de la vida comienza a perturbarnos cuando entra a nuestro reservado espacio, a nuestros círculos de placer, al espacio sagrado” (Diéguez 47). Así, con la debida distancia, se puede estar a salvo como espectador. Si no quieres ser parte de ninguna posición política estás a salvo del lado de las gradas.

unam

El boletín de la unam presentado el 12 de noviembre convocó a la comunidad universitaria a que “expresen sus propuestas para mejorar los mecanismos institucionales” encaminados a erradicar los casos de violencia de género. Hay un trabajo que no quieren hacer y mucho menos pagar, ¿qué propuestas serán pagadas como gestión o prestación de servicios profesionales que ninguna autoridad ha querido agendar en sus gastos de representación?, ¿qué tipo de individuos gastan $37,250.86 en una banca? Los mismos que nos dicen “yo tampoco los quiero” en una asamblea programada para las mejoras del funcionamiento institucional de las facultades, de los alumnos. Esto es, claramente, una simulación de cooperación y atención a las demandas del pliego petitorio. Parecía que solo nosotros estábamos asustados, pero ellos también lo están. Y sí, se puede hacer un pequeño análisis estadístico de su orgullo, pequeños positivistas. De cualquier manera, el resultado es similar:

El presupuesto para la gestión institucional en el 2018 bajó considerablemente, a pesar de que el terrible asesinato de Lesvy (en el 2017) ya había alarmado a la población y autoridades universitarias que debieron organizarse para mejorar la planeación, control y vigilancia administrativas y, así, contrarrestar e impedir que hechos similares pudieran generarse de nueva cuenta.

[1] Presupuesto total Destinado a la docencia Destinado a investigación Extensión universitaria Gestión institucional
2017 $40,929,422,558[2] $24,949,653,434 (61%) $10,655,332,663

(26%)

$3,308,609, 018

(8.1%)

 

$2,015,827, 443

(4.9%)

2018 $43,196,000,000[3] $26,342,000,000

(61%) (sic)

$11,364,000,000

(26.3%)

$3,505,000, 000

(8.1%)

$1,982,000, 000

(4.6%)

2019 $44,942,499,166[4] $27,490,078,470

(+61%)

$11,797,364,059

(+26%)

$3,621,449, 733

(+8%)

$2,033,606, 904

(+4.5%)

El presupuesto ha aumentado año con año, y seguramente este año también incrementará. ¿Por qué la gestión institucional es tan menospreciada? Hacerles ver sus errores también cuesta dinero y tiempo. La rueda sigue girando con el mismo eje de hace cien años. Se necesita de un movimiento gestor que escuche las necesidades mínimas de l_s estudiant_s y que intervenga por ell_s desde el poder.

La exposición de motivos de estos tres años es la misma: “El proyecto de presupuesto que se presenta permitirá atender las necesidades de la Universidad y continuar en el camino de su fortalecimiento y la apertura de nuevos proyectos académicos en beneficio de los universitarios y del país”. ¿Cuál es este camino incólume y glorioso que dice recorrer la universidad? ¿este pasaje de sangre entre asesinatos y cuerpos encontrados? ¿el camino de las condenas enérgicas? El andar sobre

el asesinato de Lesvy Berlín Rivera Osorio el 4 de mayo de 2017.
El secuestro y asesinato de Miranda Mendoza, al salir del CCH, el 20 de agosto de 2018.
El asesinato de Jennifer Sánchez, estudiante del CCH Oriente, el 20 de marzo de 2019.
El asesinato de Aideé Mendoza Jerónimo, en su clase, el 29 de abril de 2019.
El ataque de grupos de choque en las inmediaciones de Rectoría en septiembre del 2018.
El asesinato de Carlos Sinhué Cuevas Mejía ejecutado el 26 de octubre del 2011.
El cuerpo de Víctor Manuel Orihuela Rojas encontrado cerca de la FFyL el 13 de junio de 2017.
Los golpes en el cuerpo de Luis Roberto Malagón de Gaona encontrado en un pozo de absorción en Ciudad Universitaria donde se ahogó y, posteriormente, murió el 27 de agosto de 2017.
Las huellas de una golpiza en el cuerpo de Adrián Clara Chagoya encontrado en Ciudad Universitaria en junio de 2018.
El acoso a cientos de estudiantes por parte de docentes

Además: ¿entran, en la gestión institucional, los cestos de basura valuados en $24,708MXN? Se compraron siete, por cierto. ¿Una de las más prestigiosas escuelas del mundo no puede ni mejorar la interfaz de transparencia[5] que muestra su inventario de bienes muebles? Pero sí alardean que negocian con el prestigio de la universidad por el presupuesto en la Cámara de Diputados.

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ffyl

“Se está construyendo una Red de Docentes en contra de la Violencia de Género de la FFyL … surgió la propuesta de crear un Seminario Interinstitucional sobre Legislación Universitaria y Protocolo” (Linares 36, 37).

Cursos, campañas, difusión, construcción de redes de apoyo; todo esto sin salir de la burbuja universitaria; las perspectivas se encuentran en el mismo espacio académico universitario y no giran a una crítica interna, a un comentario extenso sobre lo que no se hace, ni siquiera a una disculpa pública. Un problema estructural que está atomizado por pequeños cursos no obligatorios:

            Para el semestre 2019-1 se firmó un convenio con la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHDF) para la impartición de un Curso-Taller de 8 sesiones, de 2 horas cada una (16 horas), dirigido a estudiantes con temas como violencia de género, masculinidades, deconstrucción del amor romántico, prevención y cuidado colectivo, etc.

Estamos preparando un curso obligatorio para los docentes de la FFyL impartido por el CIEG (Secretaría de Igualdad) para el 2019 sobre el tema de acoso y hostigamiento y la   perspectiva de género en las prácticas docentes. (Linares 36)

Sin embargo, el curso obligatorio para docentes está(ba) apenas en preparativos, como si las denuncias por acoso docente no llevaran años.[6]

En el mismo “Segundo informe de actividades 2018-2019” de la Facultad de Filosofía y Letras (páginas 37 y 38) se presentó una tabla de resultados:

Denuncias de violencia de género en la FFyL Casos Estudiantes denunciados Profesores denunciados
Hostigamiento sexual 2 0 2
Abuso sexual 6 6
Acoso sexual 6 6
Violación 1 1
Violencia psicológica 6 6
Acoso en redes sociales 2 2
Lesiones agravantes por razones de género 1 1
TOTAL 24 22 2

 

De las 24 denuncias solo se sancionó a un profesor por hostigamiento sexual y un estudiante por abuso sexual. Los demás casos fueron remitidos al Tribunal Universitario como dicta el Protocolo. Se afirma que las denuncias públicas en redes sociales no permiten actuar en el “marco jurídico del Protocolo y la Legislación Universitaria” (Linares 38). En un artículo publicado por Hazel Zamora Mendieta Y Aline Espinosa Gutierrez en CimacNoticias, una integrante del Tribunal Universitario relata el laberinto de impunidad por el que tiene que pasar una denuncia: El primer obstáculo es la falta de orientación para quienes buscan presentarla, ya que los orientadores no se encuentran en los horarios de servicio o las denunciantes no son informadas de los pasos a seguir, tampoco se les brinda protección inmediata. Quienes alcanzan a poner su queja en los horarios marcados son obligadas a respetar los principios del protocolo; además, hasta hace poco no se sabía de la simulación ejercida por las autoridades al presentar las actas de las quejas. Como ya lo notificó la anterior abogada de la Unidad de Género de la FFyL, Socorro Damian[7]: El Licenciado Jesús Juárez González eliminaba líneas del acta redactada que leía desde su interpretación patriarcal para asumir conocimiento que no le correspondía en su “revisión”. Impedía, así, que el Procedimiento de queja llegara intacto a la UNAD. Posteriormente, allí se procede a no hacer pública la denuncia y a la “firma de confidencialidad” que vulnera el ejercicio de la libre expresión y las coloca en una situación de aislamiento. Ya en el proceso, se les interroga qué hacían allí, por qué, cómo; evidenciando la poca sensibilidad por parte de los que atienden las denuncias. Después piden pruebas que pueden ser desestimadas porque la violencia que ejercen sobre ellas, se sabe, no tiene testigos casi nunca. Si ya pasó los filtros:

            el caso se presenta ante el Tribunal Universitario y ante la Abogada General y el director o directora de Facultad donde hayan ocurrido los hechos. El estudiantado que conforma el Tribunal tienen (sic) la facultad de votar por una sanción y esta resolución debe ser aprobada por la Abogada General y quien encabece la Facultad, explicó […]

Quien además detalló que las sanciones se establecen en función de los perfiles de los agresores, varía si son profesores, estudiantes o personal administrativo, no por el grado de la violencia cometida. (Zamora)

Por último, la integrante del Tribunal relata que las sanciones pueden resolverse hasta en una sentencia que se lee en privado en donde se le notifica por teléfono o por correo.

Hay que considerar el punto 4.2 del Protocolo —que abarca los tipos de procedimientos— el punto 68 sección VI establece que, en caso de que los presuntos agresores sean externos o desconocidos, la UNAD sólo propondrá al área correspondiente la realización de “medidas de no repetición, como el aumento de vigilancia, iluminación y campañas de prevención” (20).

¿De qué otra manera se puede actuar entonces? Si las denuncias públicas en redes sociales y el escrache son herramientas más efectivas que las jurídicas es evidente que estas no están funcionando y necesitan una revisión puntual y exhaustiva para modificarse radicalmente. Y, reitero, con una perspectiva externa a la de la misma universidad, empezando por el intercambio de propuestas entre universidades públicas del país, si se desea mantener el prestigio académico. Porque si el Protocolo ni siquiera garantiza visibilidad de la violencia sistémica, mucho menos garantizará justicia.

Esta institución llamada universidad nacional autónoma de méxico está capacitada para minimizar la violencia sistémica, opacar el problema racial y la falta de oportunidades por medio de logros personales, mostrándolos en videos institucionales y reportajes. Si la gente como tú no lo logra es porque no quiere. Si te otorgan una voz úsala para combatir esta estructura hegemónica. Yásnaya Elena llama a esta renta de imagen y reconocimiento por parte del estado: “cooptación por reconocimiento”. Esta institución no está preparada para la administración de conflictos reales que involucren una reintegración completa de toda la comunidad universitaria. Sí, algunos logros de la unam son innegables, pero hay que recordar que las campanas también están vacías y aun así hacen mucho ruido.

Lo verdaderamente importante es cambiar las formas de construir comunidades y salvar las identidades, replantear nuestras disciplinas y provocar que las demás también lo hagan. Hallar la forma de que los actos lleguen y atraviesen el sistema límbico de la universidad. Porque, de lo contrario, tendrán que acostumbrarse a nuestro caos como política pública, al fuego de nuestra propia magia.

Se trabaja con y desde el dolor, la rabia y la dignidad. Si asumen que nuestras ideas están distorsionadas las convertiremos en verdaderas armas de supervivencia, a pesar de sus esfuerzos por regresar a la cotidianeidad y su amor por lo material y las conferencias para enlistar los daños a su empresa: su propiedad privada, sus delincuentes, su búsqueda del progreso y su tibieza ya están al fuego.

Fuentes

Diéguez, Ileana. Cuerpos sin duelo. Iconografías y teatralidades del horror. México:       Ediciones DocumentA/Escénicas, 2013. Impreso.

“Inventario de bienes muebles”. Portal de Transparencia Universitaria, 2019. Web. 13   noviembre 2019.             <http://www.transparencia.unam.mx/obligaciones/consulta/inventario-bienes-      muebles/>

Linares, Jorge E. Segundo informe de actividades 2018-2019. “Informe de actividades    directivas”. Facultad de Filosofía y Letras UNAM, 2019. Web.

“Protocolo para la atención de casos de violencia de género en la UNAM”. Programa de           Igualdad de Género UNAM. Web. 13 noviembre 2019.   <https://igualdaddegenero.unam.mx/wp-content/uploads/2019/03/Protocolo-  2019.pdf>

Zamora Hazel y Aline Espinosa. “Universitarias sin mecanismos eficientes para denunciar          acoso sexual”. Cimacnoticas 3 may. 2018:    <https://cimacnoticias.com.mx/noticia/universitarias-sin-mecanismos-eficientes-            para-denunciar-acoso-sexual/>

 

[1] Tabla creada a partir de datos recabados en los boletines del 2016, 2018 y 2019.

[2] 36 mil 345 millones 963 mil 558 pesos corresponden a aportaciones federales mientras que los ingresos propios, generados por las dependencias universitarias, así como por la prestación de servicios, se estiman en cuatro mil 583 millones 459 mil pesos. (https://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2016_860.html)

[3] 38 mil 300 millones 444 mil 55 pesos son aportaciones federales y cuatro mil 895 millones 305 mil 400 pesos corresponden a ingresos propios. (https://www.gaceta.unam.mx/aprueba-la-unam-su-presupuesto-para-2018/). Faltan $6,000,000; posiblemente sea un error al faltarle esa cantidad a la docencia para completar el 61%.

[4] 39 mil 778 millones 705 mil 166 pesos son aportaciones del gobierno federal. Además, cinco mil 163 millones 794 mil pesos corresponden a ingresos propios, superiores a los cuatro mil 895 millones 305 mil 400 pesos de 2018. (https://www.gaceta.unam.mx/aprueba-la-unam-su-presupuesto-para-2019/).

[5] http://www.transparencia.unam.mx/obligaciones/consulta/inventario-bienes-muebles/

[6] Hasta ahora, las denuncias suman más de 900. Acumuladas desde el 2016.

[7] Por otro lado, hay testimonios en donde se relata la incapacidad de la entonces abogada de la Unidad de Género de la FFyL. Su tardanza en la elaboración de actas y el intento de mediar con un agresor. Quizá es importante aclarar que el Protocolo para la Atención de Casos de Violencia de Género contiene un apartado en donde se menciona un Procedimiento Alternativo en donde el punto 82 dicta: “En algunos de estos casos los acuerdos incluirán medidas o actividades que favorezcan el aprendizaje individual y/o colectivo orientado a evitar la repetición de la conducta, y faciliten la desestigmatización y pronta reintegración a la comunidad de las personas involucradas” (24). Considerando, de alguna forma, las sanciones endebles para los agresores.


Rodrigo Mora. (Ciudad de México, 1996) Estudiante de Lengua y Literaturas Hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha publicado cuentos en revistas como Rojo SienaPalabreríasLa liebre de fuego y La Rabia del Axolotl. Es lector de cómics y novelas gráficas. Hoy su canción favorita es “1979” de The Smashing Pumpkins.

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