Fughetta #15: Música de cosas que no se ven, Concierto para clave no. 5 (1744) de Johann Sebastian Bach

La obra seriada como 1059 en el catálogo de la obra de Bach es un ágil, efectivo y ocasionalmente oscuro concierto para el clave, que procedía a su vez de una transcripción practicada por el maestro sobre su propio Concierto para Violín No. 1 en La menor (BWV 1041). Un primero movimiento sin indicación de tempo nos lleva a un alma que parece trabajarse en una hondura inaccesible por otros medios que esta misma partitura. Pero la tiniebla se disipa hacia el apacible y levitante segundo movimiento, solo para devolvernos a un mundo de torbellinos e inmensidades hechas de la antimateria de lo indecible.

Como en toda obra de Bach, en este concierto hay incontables pasajes profundos, complejos y cuidadosamente construidos, como si se tratara de átomos de una materia sutilísima o ecuaciones exactas.

Este fraseo, que da a la música bachiana la textura de los acontecimientos del alma más que impresiones de cosas que se ven, delata una cosmovisión personal densa, que vuela sobre la convivencia con objetos eternos, como Dios, la armonía universal, la sensación misma de eternidad y de infinitud (¿cómo se habría de sentir la infinitud? Escuchen la obra, ¡así se siente, así!), la inmortalidad, la conversación de un sujeto recóndito con su espíritu, con el espíritu.


Silvano Cantú. Defensor de derechos humanos y melómano de tiempo completo. Twitter: @silvanocantu

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