- Artista: Carla Rivarola.
- Fecha de lanzamiento: Abril, 2019.
- Género(s): Rock alternativo, Pop progresivo.
- Sello discográfico: Independiente.
- Duración: 51 min.
Todos los meses del año representan para nuestro país un evento diferente, un recuerdo con lágrimas de distintos sabores. Septiembre pasó con sus penas y glorias (viva México), dándole paso a un mes todavía más confuso y desgarrador. Octubre siempre es sinónimo de lucha y, para continuar con esta insurgente tradición, en esta ocasión reseñaré un trabajo que, según la propia autora, es un putazo.
Hace un año, las benditas redes sociales, me atrajeron al universo de la canta-autora mexicano-argentina Carla Rivarola; fui afortunado de estar presente en el concierto en el que se lanzó este material discográfico y, desde ese momento, mis oídos quedaron encantados e, igualmente, puteados.
Nacida y crecida en la Ciudad de México, Carla Rivarola es una multiinstrumentista y productora independiente, cuya carrera se remonta desde el año 2015 con el proyecto de math-pop-folk-jazz Iranti. 4 años después, en los cuales se dio a la tarea de buscar su propia voz y estilo, la auto proclamada creadora del Fantasticore mexargentino, dio luz a un universo de poesía, ritmos insólitos, lucha y empoderamiento: Médula Silvestre.
“Quiero azul celeste aunque me cueste morir / Médula silvestre florecida del espacio”, canta la suave voz de Rivarola advirtiéndonos que este viaje musical no es por un camino sedoso y tranquilo, sino uno confesional y directo. La canción inicial, que es homónima, está dividida en dos increíbles partes. El primer minuto nos arrulla con unos acordes delicados y unas harmonías al puro estilo de Kate Bush, que son interrumpidas por una tremenda explosión, la cual da entrada a la parte b. El minuto 2.42, en mi opinión, es el tuétano de esta composición; un compás inusual nos sorprende, va acelerando más y más hasta que el grito de la cantante hace que “Médula Silvestre” llegue a su clímax. Este primer número es una pesquisa de equilibro después de una crisis.
La segunda carta, y un personal favorito, es el tema “Mantra Depresivo”, que tiene uno de los mensajes más importantes en todo el disco. Su letra, en resumen, es una manera de afrontar este hábito autodestructivo que muchas veces oscila en nuestras vidas y, al mismo tiempo, es un llamado de atención para que cada quien se responsabilice de su propia existencia. Con unos cambios interesantes de ritmos y un acompañamiento de teclado, el cual remite a una pieza setentera de Pink Floyd, esta composición es otra gran declaración musical.
Las canciones “Disco Raiado” y “Pólvora” continúan con la fuerza de esta producción y sus historias poéticas que resuenan hasta lo más profundo que tenemos. La primera, un doloroso exorcismo de una relación tóxica; la segunda, un tatuaje de amor que dicta que este sentimiento es lo más grande que existe. Ambas potentes, ambas sanadoras.
“Fantástica” es la pieza central de esta Médula Silvestre, un himno feminista explosivo que resuena en las paredes da las cosas. Rivarola, al cantar “Morra /tú traes todo para / germinar en el paisaje más inhóspito” con la voz más honesta y firme que puede existir , convierte una vivencia personal en un mantra universal de amor y respaldo para todas las mujeres.
Una tercia de canciones inician el lado b de este disco: “Policías”, con un giro mucho más folk, relata un sueño que se siente más real que quimérico; una ficción que habla sobre la inseguridad que vivimos en nuestro país. “Verdadicidio” nos dicta que tenemos que creer en nuestro propio cuento para no ser engañados por la sociedad. Esta canción, a mi parecer, tiene uno de los mejores solos de guitarra de todo este LP. “Ave del Horror” es un corte mucho más suave, el cual, con un toque de sonido texano, rememora al primer amor.
En el último tramo de este viaje, se encuentra la composición con la que encontré a Carla Rivarola y mi personal favorita de este trabajo: “Sentirse Volcán”. Mediante unos acordes melancólicos y una fuerza pegajosa, la letra de esta canción habla sobre las culpabilidades, a veces egocéntricas, que podemos cargar en nuestra espalda; igualmente, se trata de una confidencia del miedo a dañar a tus seres queridos. Con una instrumentación simple y directa y un mensaje penetrante, “Sentirse Volcán” es el clímax de esta médula tan dinámica e impresionante.
Después de la explosión anterior, Médula Silvestre cierra con una dulce dupla: “Me Gusta Soñar” y “Esmeralda”. “Me Gusta Soñar” es, tal cual una mar tranquila, una delicia que sirve como un epilogo perfecto, cuya potencia se desborda en un instante con un estallido aun mayor que el de su antecesora; una sección de vientos acompaña a la marea arrasadora de sonido. Un perfecto manifiesto final.
“Esmeralda”, aunque es un bonus track en vivo, también forma parte del corpus de este glorioso álbum. De nuevo hay un aspecto ranchero y texano en esta pieza que la hace muy interesante. Una última, un último poema caricia que habla sobre el corazón de la propia artista.
Carla Rivarola no solo destaca por su gran capacidad de escribir joyas conmovedoras y potentes pues, siendo muy honesto, la producción de este LP supera en creces a muchos otros primeros álbumes de bandas independientes que ahora son grandes. Esta producción es, verdaderamente, un nuevo respiro en la música alternativa mexicana.
Médula Silvestre es la culminación de una lucha, física espiritual e intelectual, cuyo resultado no es la paz conformista, sino el perpetuo cambio. Su mensaje es verdaderamente universal; esta guerrilla musical sirve de ejemplo para que cada uno de nosotros y nosotras se confronte con el mundo y, más importante todavía, con nuestro propio ser.

Enrique García Moreno (Ciudad de México, 1998). Estudiante de Lengua y Literaturas Modernas Portuguesas (simón, existe) y de Actuación. Melómano de profesión y cinéfilo de oficio. Escribe poesía vermelha y prosa. Ha participado en varios concursos de relato como el Juan Rulfo o el Luis Arturo Ramos de la Universidad Veracruzana.