Gene Barry es un poeta irlandés, terapeuta del arte, hipnoterapeuta y psicoterapeuta. Es fundador del Blackwater International Poetry Festival y editor en Rebel Poetry. Autor de los poemarios Stones in their Shoes, Unfinished Business y Working Days. Ha sido publicado en antologías nacionales e internacionales y sus poemas se han traducido también al árabe, irlandés, hindi, albanés e italiano. Es colaborador en Brave Internacional Poetry Journal. Ha participado en festivales nacionales (Irlanda) e internacionales (Australia, Seychelles, Holanda, Kosovo, Inglaterra, Santa Lucía, Escocia, Francia, Sudáfrica y Bélgica y Nueva York – Massachusetts – Oklahoma – Arkansas – Rhode Island – Michigan, Miami y Texas). En 2015 fue elegido para representar a Irlanda en el Festival Internacional de Poesía Rahovec inaugural en Kosovo.
I. Redundante
Estas noches, su mano derecha
descansa detrás de él, anhela
esa percha que usaba
mientras la acariciaba cariñosamente
pero ella no sobrelleva el hastío
buenas noches, también te amo
se concentra en llenar con sus lágrimas
la piscina de las almohadas
agenda cambiarlas , cuando está
en el trabajo, donde él llora
a escondidas en el baño para sordos
en sus sueños ella tendrá 13 de nuevo
llevará su vestido de novia
abrazará a sus hijos adultos
andará por el puente de Sídney
liderará su clase de Pilates
estará con mamá y papá en Roma
dirigirá su equipo de baloncesto
nadará en su nueva villa
se perderá a sí misma en la anestesia
ella yace más ligera ahora
un nuevo peso descansa en sus hombros
la hunde en un mundo desconocido
cuando el doctor habló de reconstrucción
se topó con ladrillos y mortero
con el cobertizo que había sido aplastado en la tormenta
la carbonera inacabada de su padre
el patio de su hermano favorito
el vertido de sus primeros cimientos
la casa de vacaciones en Cerdeña…
su memoria construyó un muro
alrededor del dolor.
*Este poema refleja las secuelas de una mastectomía.
II. Masticando su bolo
Sin preguntarle, me dijo
que el viejo barco la había llevado
a un lugar donde los religiosos
alcanzan sus sueños, donde juegan
como niños una corte de abuelos
le rogué que desmontara la silla
del remordimiento, que embelleciera
el salón y vistiera cada habitación
con sus flores preferidas, con las fotografías
que no visitaba hace mucho tiempo
cenar con sueños, le dije
desempacar el contrabando
nadar en gloriosos recuerdos y cosechar lo
invisible sembrado por antepasados
atender los recuerdos tomados del futuro
de pie, por primera vez él exhaló:
ella era el trapo rojo del toro, tragó
un infierno, un infierno como el de Dante
…y yo amaba sus huesos.
III. Minería
¿Quién, siendo amado, es pobre?
Oscar Wilde
Hay una cueva del tesoro sin minas
donde los escribas de Hammurabi
se inclinan cada hora para grabar la
exuberancia de su unidad:
no tiene puertas, solo puentes
donde él surfea cada anhelo colmado de sinceridad
donde se permite soñar a diario
y ella es un pincel de Picasso
con que pinta de amor su mundo
donde es una arqueóloga freudiana
que profundiza con delicadeza en las secuelas
de cada mota tácita que su amante
todavía no emana
donde son un equipo de caballos de trinchera
y, desinteresados, entregan carga tras carga
con el fuego de la voluntad cavan para resucitar
ese mundo que aman
hay una precisión en su amor que
no requiere mantenimiento.
IV. Rotterdam
En memoria de Jim Barry
Te colgaste en un cuadro de Auschwitz
lleno de amapolas, con regodeo
jactancioso como un niño
ganador de medallas
intuyendo la aprobación de Merlín
la propia medicina de Dios
se abrió camino a través de esas
mismas células que aplacaron el suplicio
que Telémaco te reservaba
los inalcanzables, marcados
por la viruela, esos inútiles brazos largos
vacíos de abrazos que, moribundos
no ofrecían oportunidad alguna
tus desafortunados mensajeros
ladrones del saber en pergaminos desnudos
rebosantes de emociones
estabas libre de escrúpulos y comprometido
con la misión de unión
y aferrado a esta adicción te
negaste a poseer
tan común en nosotros, tres hermanos
unidos, era una incapacidad tradicional
estos boletos de avión, de
alguna manera, nos llevaron de vuelta
a nuestra infancia
con el contrabando incluido
saqué nuestro diccionario familiar
y saqué un as cada vez
con la inscripción en mi lengua:
embajador desaprobado.
V. El entierro
En memoria de mi sobrina Clare O’Connor
La porción de confusión inesperada
envolvió su mundo planeado previamente
un silencioso e implacable golpe dentro
de cada latido, se disparó
golpeó más fuerte mientras
caminaban engañados
con su caja de recuerdos futuros
sin latido adentro
una transmisión de risa infantil
amarrada al muelle, sin capitán
sin cuchara de mermelada robada
sus anagramas de heridas se introdujeron
en la vejez y las acariciaron con impotencia
a la deriva, por mares de empatía
y desapego
una hendidura de tristeza invisible
amasando sin cesar y con éxito
doliendo
sin mapa quiromántico, sin dialecto
sin testigos… Un pedestal subterráneo
haciendo señas en obediencia como lo haría el niño salvaje
nos paramos y miramos boquiabiertos
con las gargantas hinchadas, sin poder tragar
para verla caminar antes de que ella se pare
afuera del mundo en que nunca entró
y como viendo un rostro familiar en las fotografías
me digo a mí mismo
te conozco Claire.

María Del Castillo Sucerquia (Barranquilla, Colombia 1997) es una poeta bilingüe, escritora, tutora, médica oriental (Neijing, España) y traductora (francés, inglés, italiano, portugués, griego, árabe, español y alemán). Colabora como traductora y columnista en las revistas Vive Afro (Colombia), Altazor (Chile), Cronopio (Colombia), El Golem (México), Cardenal (México), Poesía UC (Venezuela) y Revista Digital de Artistas (México).
Contacto: lacabramontes@outlook.com +57 301 4520375.