Dominique Hecq es una poeta, escritora de ficción e investigadora. Creció en la parte francófona de Bélgica y, actualmente, vive en Melbourne. Escribe en distintos géneros y, a veces, en distintas lenguas. Sus obras incluyen una novela, tres colecciones de cuentos y diez libros de poesía. Sus poemas y cuentos han sido publicados internacionalmente. Entre otros honores, recibió el premio The Melbourne Fringe Festival Award for Outstanding Writing and Performance (1998), The New England Review Prize for Poetry (2004), The Martha Richardson Medal for Poetry (2006), el primer premio AALITRA de literatura, traducción del español al inglés (2014) y el Premio Internacional a los Mejores Poetas 2018, administrado por el Centro Internacional de Traducción e Investigación de Poesía, en conjunto con la Academia Internacional de Artes y Letras. Tracks (2020) es su último libro de poesía. Con Eugen Bacon, es coautora de Speculate (2021).
I. Laberintos
pasos por nada
la sensación de alerta en un sueño
en las cuevas de Lascaux del siglo pasado
milenarias huellas de niños fueron halladas intactas
bisontes, caballos y toros, ahora congelados
en los tortuosos pasadizos de este laberinto
miran cómo tu paso gira hacia la cueva de los Tres Hermanos
donde aparece esta figura con cuernos, mitad humana
nadie sabe quién guio a los niños ni qué deseo
encendió el arte magdaleniano de la última edad de hielo
¿podrían Dédalo y el Minotauro reconfigurar
una imagen de mitad hombre y mitad toro en
plena cámara ctónica como si pudiéramos conocer esta
increíble concavidad fuera del tiempo?
el mito de la cueva de Platón, con todo, marca
la ignición del deseo en el pensamiento occidental
para que todas las metáforas enlodadas, oscuras o intrincadas
mueran y resuciten a la luz de la verdad racional
de niña, en Bilbao, recuerdo huir por las
calles en busca de mis hermanos
me detuve en un atajo y, volviendo sobre mis pasos
vi el primer cadáver: un toro
a un metro de distancia
¿será que las metáforas constituyen los huesos del lenguaje
pero no significan nada más allá de su literal afirmación?
no hay minotauros, sólo monstruos que merodean el deseo
este laberinto atemporal, el oído interno
II. Lo que es ser demasiado
después de Patricia Smith
es primer lugar, es como fumar por primera vez a la tres
pellizcar los caramelos de cereza en el armario de tu madre
como replicar y morder a tu mejor amigo
escuchar a escondidas y sonrojarse y sudar y tartamudear como un pájaro carpintero
es como lijarte la cara para borrar las pecas
como sumar números y encadenar palabras con las muñecas en el corredor de la muerte
hacer garabatos en los rojos ladrillos del vecino que chirrean con la tiza
igual que besar chicos detrás de la iglesia
como engullir las palabras sin derramar ninguna cual si fueran leche o miel
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀es como irse
cercenar tu lengua materna y curar la herida con palabras extranjeras
como recortar sonidos y cadencias para enmendar las hojas del lenguaje
semejante a un pasatiempo en el Corporate Institute of Excellence, donde Outlook te mira fijamente como un centinela es como descender por la cascada de tu mente
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀como si tu nombre fuese Niágara, mientras te llamas a ti mismo
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Artaud y gritas y gritas y gritas
como si tus pies se arrastraran mientras tu cuerpo se precipita
justo al estilo Bedlam Hollywood, con millones de ojos parpadeantes alineados en la pared
como la mano de un dios estallando pastillas rosas y púrpuras, almohadas de papel blanco y pergamino
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ en la boca
idéntico a escapar como un bromista, sólo que tú eres la broma
como romper en llanto mientras te baña la zarza del sol
y, finalmente, es como escribir
III. Irrevocable
y arrullada por la suave inclinación del mundo
vuelve a contarse la misma historia:
una mujer que da a luz es un samurái
un ente resistente aquella carne
desquitándose, incluso
con el firmamento colgando debajo
inquieta y jadeante como un espejo
los dolores se aplacan en la repetición
ella sabe que su historia es un tartamudeo…
una guerra de la fuerza vital
una vida nunca repitiéndose
adentro, serpentea con fiereza
y la sombra de su hijo se lava desde los hombros
tanto se le hincha la lengua
no logra pronunciar palabra
toma asiento en torno a la certeza de sus piernas
voluminosas de meses en espera
y se inclina hacia el rojo de la caliente noche
en el descanso del día, clava los pies en la tierra
respira profundo
se pierde a sí misma en el destello de un cuerpo
dando peso y forma a otro cuerpo
en un presente irrevocable
un latido antes de tiempo
un olor a almendras que se derrama
aparta la mirada de la centelleante y roja piscina
presiona el cuerpo de goma del recién nacido sobre ella
asombrada:
los ojos vívidos
los pómulos encumbrados
la nariz de vástago
una disposición de nubes en el cielo
IV. ¡Caramba!
es todo lo que
el insensible médico pudo decir
el día en que leucemia
reemplazó a porvenir
el día de aguardar y observar
⠀⠀⠀⠀en la sala de espera no hay
⠀⠀⠀⠀precisamente
⠀⠀⠀⠀una serie de clichés
las joyas brillan en el vientre de las mujeres:
huevos rubí alados y ojos de diamante
brotan hasta la mudez
labios de sonrientes esmeraldas
labios deletreando la agudeza de la pena
bajo la madre perla
⠀⠀
⠀⠀⠀⠀también, hay manos que sanan con palabras
⠀⠀⠀⠀invisibles heridas de un otro
⠀⠀⠀⠀-las mismas heridas en madres y niños y amantes-
⠀⠀⠀⠀manos aún no escritas
apócrifos hechos en lenguas
de coral sumergidas en la sangre
del recuerdo y el dolor
con la sal de los mares del deseo
liberando el hechizo de las palabras
como la incurable enfermedad
la inútil fantasía
por tanto, ahora
con tinta de plancton garabateo
sueños hacia el futuro en el serpenteo del guion:
un oxímoron escrito en las negras aguas
el “caramba” es un fondo demasiado plano
el insensible médico puede esperar
escribiré frivolidades
como excéntricos viajes
en hechizos, cantos y elegías
V. El expatriado reconsidera
estoy vuelta
planto brotes en el patio
cada brizna de hierba
apaga el sol
su doble faz en mi cielo
los cinco idiomas que no puedo sostener
sé mi deber de usar el cinturón de seguridad
mi parada de taxi, sé mi boleto de avión
mis cigarrillos gratis
extraño la corteza dorada y pelada en el verano
el crepitar de las cigarras
el batir de las olas
sin esfuerzo
el cuerpo aguanta
la respiración
en el plácido jardín
sé mi Charles Austin desde el capullo hasta la flor
sé mi guion
cambian las estaciones, los años pasan
me adelgazo y enfrío
algo me crece y no es un niño
cuido severas rosas que atrapan
un segundo aliento sin mí
aunque conozca sus nombres
se me cae el pelo como
las hojas en otoño
y la idea de mí
les feuilles mortes se ramassent à la pellesé el dedo que jala el gatillo
sé mi último suspiro

María Del Castillo Sucerquia (Barranquilla, Colombia 1997) es una poeta bilingüe, escritora, tutora, médica oriental (Neijing, España) y traductora (francés, inglés, italiano, portugués, griego, árabe, español y alemán). Colabora como traductora y columnista en las revistas Vive Afro (Colombia), Altazor (Chile), Cronopio (Colombia), El Golem (México), Cardenal (México), Poesía UC (Venezuela) y Revista Digital de Artistas (México).