Peter Wortsman es un escritor trilingüe (inglés, alemán y francés) en múltiples modos. Es autor de tres libros que combinan ficción corta y prosa (A Modern Way to Die, Footprints in Wet Cement y Stimme und Atem / Out of Breath, Out of Mind); una novela (Cold Earth Wanders); dos obras de teatro producidas en Estados Unidos y en Alemania (Burning Words, The Tattooed Man Tells All); un libro de memorias de viajes (Ghost Dance in Berlin, que ganó un premio de libro de editores independientes); un libro de perfiles de médicos (The Caring Heirs of Doctor Samuel Bard); y una antología, Tales of the German Imagination, que compiló, tradujo y editó). Fue apodado “Un hermano Grimm del siglo XX” (por Bloomsbury Review) y “Un delincuente Hans Christian Andersen” (por el dramaturgo Mark O’Donnell). Su poesía en prosa ha aparecido en revistas literarias y antologías en los Estados Unidos y en el extranjero. También es traductor del alemán al inglés de libros de Peter Altenberg, Los hermanos Grimm, Heinrich Heine, Franz Kafka, Heinrich von Kleist y Robert Musil, entre otros. Próximamente, saldrá publicado un libro de ensayos personales, Epiphany of a Middle-Aged Pilgrim, una traducción al alemán de sus memorias de viaje, Geistertanz in Berlin, y su traducción de The Golden Pot, Selected Tales of E.T.A. Hoffmann. Recientemente completó un manuscrito de un libro de poemas recortados (découpés) titulado Borrowed Words. Fue ganador de los premios Beard’s Fund Short Story Award, Wortsman fue Fulbright Fellow en 1973, Thomas J. Watson Foundation Fellow en 1974 y Holtzbrinck Fellow por la Academia Estadounidense de Berlín en 2010. Para obtener más información, consulta su sitio web: https: / /www.peterwortsman.com.
Carrera hacia Estambul
Despierto cerca de la medianoche. Sobre la almohada, mi boca permanece junto a la tuya, aromatizada por tu cálido aliento. No estoy vivo o muerto, más bien, suspendido. Soy el personaje de una historia cuya próxima línea aún no está escrita. Hablan sobre el destino como un pacto con el futuro. Yo, ni siquiera puedo imaginar el mañana. ¿Volveré a contemplar el paisaje vital de tu ropa abrazada al sillón y tus zapatos rebosantes de íntimos anhelos? ¿O, acaso, la habitación se dividió a destiempo del apartamento, transformada en un vagón de tren, y corre a toda velocidad hacia Estambul sin ti?
Racing to Istanbul
I wake around midnight, your mouth close to mine on the pillow — embalmed by your warm breath. Not dead or alive, but suspended, a character in a tale the next line of which is not yet written. People speak of fate like a contract with the future. Me, I can’t even imagine tomorrow. Will I see again the comforting sight of your clothes hugging the armchair, your shoes filled with your personal effects? Or will the room have cruelly disengaged itself from the apartment, transformed into a sleeping car racing at top speed to Istanbul without you?
El reverso de las palabras
Tan sólo vemos el reverso de las palabras, la cáscara rígida en la gangrena de las entrañas parlanchinas. Sólo la sangre reseca del impacto –un pobre insecto aplanado– como la flor alpina de perfume fugaz. Únicamente percibimos el olor de las palabras muertas; sus momias enmudecidas, los cadavéricos jeroglíficos. Incluso los rastros, nunca dejan de contar.
The Back of Words
We only ever get to see the back of words, the hardened husk in the rot of talkative entrails, only the dried blood of impact — poor flattened insect — alpine blossom drained of its perfume. We only smell the odor of dead words, of mute mummies, cadaverous hieroglyphs. Even the traces never stop telling.
Telegramas de Delfos
Toda una vida puede desentrañarse –o sea, descodificarse– en un abrir y cerrar de ojos, como un telegrama de Delfos. La intención, sagaz y mortal como el dardo venenoso de un pigmeo, es inmovilizar al lector hasta rasgar la virgen piel de la razón, inyectar el acertijo y dejar que la soñadora sangre de Abel fluya, una vez más, sobre la pesarosa y árida tierra de los hijos de Caín.
Delphic Telegrams
An entire life can unravel — that is to say, decode itself — in the blink of an eye, like a Delphic telegram. Deft and deadly as a Pygmy’s poison dart, the idea is to immobilize the reader just long enough to rip through the virgin skin of reason, inject enigma, and let the dreaming blood of Abel flow once again over the sad and arid ground of the sons of Cain.
El miedo fiel
Es incoloro e inodoro. Su presencia sólo es manifiesta por el hedor a sudor que provoca. Sin presentación, sin aullido, sin música de órgano que anuncie su llegada. En realidad, es bastante hermoso de ver. ¡Hola, mi amado chico! Sonríe, desnudando los tiernos colmillos, mientras te toma en sus brazos, se envuelve alrededor de tu garganta y te ama hasta estrangularte. Cada miedo anhela, en secreto, emparejarse con su progenitor. Solo así nadará río arriba, trepará innumerables escalones de tramos infinitos, perforará capas, supuestamente impermeables, de papel tapiz, yeso y triunfo, y te desovará como un salmón en el lugar de su origen.
Faithful Fear
It is colorless and odorless, its presence detectable only by the sweat stench it engenders. No introduction, no howls, no organ music needed to announce its arrival. It is really rather beautiful to look upon. Hello, lover boy! it grins, flashing tender fangs, as it takes you in its arms, wraps itself around your throat, loves you to death. Every fear secretly longs to couple with its progenitor. To this end, it will swim upstream, climb innumerable flights of steps, pierce seemingly impermeable layers of wallpaper, plaster, and success just to spawn salmon-like at the site of its own inception.
El acertijo de la esfinge
A veces, durante el sueño profundo, deja escapar gritos fetales, casi inefables, que te despiertan para ser escuchada súbitamente. El acertijo de la esfinge debió plantearse así: aulló, gimió, lloró. Le escuchas con atención por un momento, intentas descifrar los inconsolables jeroglíficos y la abrazas sin pensarlo. La sombra de un buitre pasa, la innombrada tristeza, en silencio, se disuelve o, a veces, se repite en el aullido ensordecedor de un camión de reparto varado en el tráfico de la madrugada.
The Riddle of the Sphinx
Sometimes, sound asleep, she lets out cries, fetal and almost unutterable, rousing you into sudden listening. The riddle of the sphinx must have been posed like this – howled — moaned — wept. You listen intently for an instant, try to decipher the inconsolable hieroglyphs, then embrace her without thinking. Shadow of a bird of prey passing, the unnamed sadness dissolves — in silence — or sometimes is repeated in the deafening howl of a delivery truck stalled in early morning traffic.

María Del Castillo Sucerquia (Barranquilla, Colombia 1997) es una poeta bilingüe, escritora, tutora, médica oriental (Neijing, España) y traductora (francés, inglés, italiano, portugués, griego, árabe, español y alemán). Colabora como traductora y columnista en las revistas Vive Afro (Colombia), Altazor (Chile), Cronopio (Colombia), El Golem (México), Cardenal (México), Poesía UC (Venezuela) y Revista Digital de Artistas (México).