Estaba ahí sentada en un restaurante de comida rápida, callada, observando todo con lujo de detalle a mi alrededor. Tenía todo el tiempo del mundo, era el inicio de mis vacaciones de verano.
Desde que entré al lugar pude percibir un aroma suave y una sensación de tranquilidad. Pedí unos deliciosos pancakes con mucha miel de maple. Coloqué mi bolso en una de las sillas y me senté frente a la ventana para poder observar el vaivén de la gente.
El viento desprendió el sombrero de un hombre con apariencia amable y avanzada edad, quien, sin pensarlo, corrió tras de él y, justo antes de sujetarlo… dio un salto en el aire como si quisiera impresionar a una gran cantidad de espectadores. Cayó gentilmente en el pavimento de pie con sombrero en mano.
¡Guau! ¡Que equilibrio y agilidad! Sin pensarlo aplaudí a distancia. Nadie lo observó, algunos chicos pasaron junto a él, pero iban tan ensimismados en sus celulares que no se percataron de ese sorprendente acto de acrobacia.
Varios carros estaban justo frente a él. Un chico de un carro color azul se veía molesto: levantaba las manos y golpeaba duramente el volante de su auto al mismo tiempo que gesticulaba como si le gritara a alguien. La chica de la camioneta verde estaba estacionada a escasos centímetros de aquel impresionante personaje, retocaba el borde de sus pestañas con exactitud y polveaba su nariz a detalle. Cada uno en su mundo personal. Alejados de los múltiples detalles de su entorno.
¡Una sociedad Narcisista, sin tiempo para observar! Moví la cabeza dándole a entender que era maravilloso su salto y la actitud con la que tomaba el pequeño incidente. Hizo caravana con el sombrero y partió sonriente.
Me fui a casa maravillada de lo que había visto frente al restaurante, pero algo anda mal. Nadie había observado al hombre de mediana estatura hacer sus acrobacias.
Al día siguiente me levante temprano para ir al gimnasio. ¡Las vacaciones son un buen pretexto, para recuperar la figura! Coloqué mi mochila en una gaveta que estaba en la entrada, solo tomé mis audífonos y una botella agua.
Estaba realizando mis ejercicios de calentamiento cuando, de pronto, ahí estaba el hombrecillo de avanzada edad: llevaba un sombrero de copa muy alta y, de nueva cuenta, el aire hizo de las suyas quitándole el sombrero de la cabeza. El hombre corrió tras él, dando un enorme salto en el aire para sujetarlo.
—¡Esto no puede ser! —grité y salí corriendo del gimnasio, sin poderlo alcanzar. La duda llegó a mi mente: ¿Me estaré volviendo loca?
Regresé al gimnasio hablando sola, tomé mis cosas y, justo cuando me disponía a salir, alguien sujetó mi brazo.
—¿Que tanto murmuras? —preguntó una amable anciana, que seguramente realizaba labores de limpieza en el área—. Te vi salir corriendo y regresar nerviosa y muy contrariada.
—¿Usted lo vio también? ¿Verdad que vio al hombrecillo del sombrero?
La anciana sonrió y movió la cabeza como si supiera lo que estaba pasando.
—¡Ven, siéntate! Hace muchos, muchos años, cuando tenía tu edad, vi a un hombrecillo saltar tan alto que me quede boquiabierta y, sin pensarlo, corrí tras él,, con la intención de hacerle una gran cantidad de preguntas. Cuando estaba por alcanzarlo tropecé y el hombre desapareció frente a mis ojos. Fue cuando supe que estaba parada justo en el umbral de un encanto y no se volverá abrir hasta pasado otros cincuenta años.
—Me está diciendo que solo yo vi al hombre saltar por los aires.
La amable anciana afirmó con la cabeza y me abrazó.
—¡No te preocupes, hija! El universo tiene el más grande archivo de recuerdos; ese individuo existió hace ya algún tiempo —dijo colocando su dedo sobre una foto que colgaba justo en la entrada del gimnasio.
Marisol Flores. Reside actualmente en la Cd. de Río Bravo,Tam. Licenciada en Derecho. En 2018 publica su primer libro de poesía, Asuntos del Corazón; en 2019 su segundo libro, Cuentos para Soñar. Para 2019 participa en el Festival “Horizonte Sensible, Canto Palabra” en Río Bravo, Tam. y en 2020 participa en el Festival Internacional de Poesía “Palabras en el Mundo ” Río Bravo,Tam. Participó en la Antología Silencios Compartidos, del Club de Latras y Arte, de Weslaco,TX. Participante del Taller de Cuento para Principiantes (junio-julio 2021).