Cuento | Pedazo de madre, por Diego León Ramírez

“Demian”

–Lo encontramos vagando por las vías del tren. Se ve que estas veinticuatro horas no le han sentado muy bien. Aunque esté vestido, huele asqueroso. Incluso el Mongol no se aguantó las ganas de vomitar; y eso que ese güey ni se baña.

–¡No seas tan duro con el muchacho! Su madre desapareció desde hace un mes y su abuela ya está ruca, ya está robando oxígeno. ¡Ponte en su lugar y déjate de pendejadas! Mi madre también nos abandonó por irse a coger a otro cabrón. Creo que me identifico con el chavito… ¿Debería decirle algo?… déjame hablar con él.

El comandante entra a la oficina y tapa su nariz por el olor tan repulsivo que despedía el joven, como a vísceras de pescado podridas; lo escanea por completo y se da cuenta de que el muchacho está totalmente limpio.

–¿En dónde estabas?

–Estaba buscando a mi madre, hace un mes que desapareció y…

–¡Mira, a lo mejor no lo entiendes aún porque eres un niño, pero no creo que la encuentres por más que la busques, por lo menos no ahora! Tal vez ella te busque en un futuro y te sepa explicar por qué se fue. Tal vez encontró una forma de salir de este barrio tan peligroso, y después regresará por ti y…

–No, señor comandante, lo que pasa es que… es que…. mi mamá pues desapareció, y yo corrí porque quiero verla, pues este… ya corrí y después caminé por las vías. En serio que no quise preocupar a nadie, se lo juro… por el angelito de mi guarda que no… pero caminé y pues la encontré, a mi mamá… pero la seguí buscando…

–Espera, ¿cómo que la encontraste y la seguiste buscando? ¿Acaso te vio y se fue? ¡¿En dónde está?!

–No, señor oficial, sí la encontré. Está conmigo pero aún no sé dónde está… ¿cómo le podría decir?, sí está pero aún no termina de estar, bueno este…

El niño saca debajo de la mesa una mochila, con un olor tan repulsivo que el comandante tiene que luchar contra sus náuseas. El niño por el contrario, como si nada, abre el cierre. El comandante no aguanta más y comienza a vomitar con un asco nunca antes visto ni sentido cuando advierte aquella cabeza de mujer.

–¿Ve? Eso es lo que le quería decir. ¡Aquí está su cabeza, ahora sólo falta encontrar el cuerpo!


Diego León Ramírez (Estado de México, 1999) ganó el segundo lugar en el 3.° Concurso de Cuento Macabro CCH Vallejo, el segundo lugar en la categoría de cuento en el Inter CCH “El vagón literario” y obtuvo la Mención Honorífica en el 21.° Concurso Nacional de Cuento Preuniversitario “Juan Rulfo” organizado por la Universidad Iberoamericana. Participó en “La juventud y sus voces” y en el tercer Coloquio de literatura caribeña. Ha publicado en: PERSONAE, Materia escrita, Monociclo y Nocturnario. Su aspiración es estudiar Derecho. Escribe narrativa, cuento en general, y está incursionando en la poesía.

Deja un comentario

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s